Desde ríos, arroyos, cerros y cataratas se puede visitar en la localidad de El Maitén y sus alrededores, sitios ideales para descansar y disfrutar de lo que la naturaleza nos ofrece.
El atractivo por excelencia es el río Chubut, donde cientos de pescadores se dan cita todo el tiempo. En este curso de agua se pueden adquirir preciosos salmones, truchas y percas a lo largo de su viaje hacia la costa patagónica. Siempre recordar contar con la licencia oficial de pesca.
Además el río Chubut es el elegido para refrescarse de los calores del verano y en el se puede navegar sus aguas a bordo de un kayak o dejarse flotar por horas río abajo en una experiencia inolvidable. Estas actividades parten desde los puentes que existen sobre el río, el carretero y el de vías, principales puntos panorámicos de la ciudad cordillerana.
Entre los cerros que podremos recorrer está el cerro ventana ubicado sobre una de las laderas del Cañadón de los Ensueños, al que se llega partiendo desde la Aldea Buenos Aires Chico. Desde la “ventana” propiamente dicha que se halla en el cerro se puede observar buena parte del Cañadón de los Ensueños y los cerros vecinos.
En la lista siguen el cerro de La Cruz, al este de El Maitén sobre el cordón oriental de la Sierra de El Maitén, y el cerro Neyén, sobre el cordón occidental. El primero debe su nombre a la cruz blanca que se construyó en su cima contrastando con el azul del cielo. Desde él se puede apreciar una magnífica vista del valle fluvial de El Maitén y el río Chubut. Mientras que el segundo explica su nombre a través de la toponimia mapuche (resuello), ya que este cerro viene a conformar el pecho de "La Bella Durmiente".
Este último accidente geográfico se encuentra a 12 km de la ciudad, accediendo por la Estancia El Boquete, que es origen de múltiples leyendas e interpretaciones a lo largo de los años. Según cuenta la leyenda la bella durmiente aún espera a su amado, recostada en los cerros y dándole su perfil al paisaje, el cual preside el occidente del valle de El Maitén.
Durante el verano el cerro es un espectáculo y en invierno es aún mayor, ya que por la posición del sol, éste se oculta precisamente tras el perfil de roca, generando un hermoso juego de luces y sombras. Desde donde se la mire, su figura de un rostro recostado sobre la cordillerana llama la atención del visitante.
Retomando los cursos de agua de la zona podemos mencionar el arroyo Clondique, también conocido como Klondike o "Arroyito de Breide". El mismo se ubica a los pies del Cordón Oriental, nace en la Estancia Breide y surca la parte esteparia del valle por 12 km hasta desembocar en el río Chubut. Se lo llama así porque años atrás hubo muchos que intentaron hallar oro en sus orillas y también "arroyo de Breide" por el origen de sus aguas.
A lo largo de este arroyo es posible realizar caminatas observando la biodiversidad circundante. Patos, avutardas, teros, bandurrias y ocasionalmente cisnes y flamencos suelen encontrarse por sus aguas, mientras que en sus alrededores pueden avistarse cóndores, halcones, caranchos, chimangos, zorros, zorrinos, hurones, visones, nutrias, "piches" o "peludos" (armadillos), lechuzas y búhos propios de la estepa patagónica y el entorno cordillerano.
El Saltillo, a unos 130 km de El Maitén y 60 de Cushamen, se encuentra este cañadón de roca basáltica con formaciones tubulares, en el que el río Chico cae desde una altura de 20 metros en una inmensa hoya. Se recomienda el acceso en vehículo 4x4 ya que la entrada desde Cushamen es un tanto ardua. Es un lugar ideal para la pesca, el campamentismo y para pasar el día disfrutando de la única paz patagónica.
Otro arroyo es el De la Cruz, hacia el este del cerro de la Cruz. Este arroyo es alimentado por numerosas vertientes y bordeado por bosquecitos de ñires que le dan sombra y mantienen frescas sus aguas aún en los días más cálidos del verano. Es el lugar por excelencia para descansar luego del ascenso hasta la Cruz y, tomando el camino que pasa sobre la Catarata de la Vida, se podrá estudiar la flora y fauna propias de la estepa patagónica, así como muestras de las fuerzas que moldearon la Cordillera de los Andes, fósiles marinos y testimonios de las primeras culturas que poblaron la zona.
El Cañadón de los Maitenes, a unos 3 km de la ciudad por Ruta Provincial Nº 4, está marcado porla lluvia, el viento y el agua del arroyo de la Cruz en su curso hacia el río Chubut. El sendero hacia el mismo ofrece pequeños estanques naturales con truchas y anfiteatros formados por la fuerza de los elementos, para terminar en la Catarata de la Vida, una caída de más de quince metros que forma un estanque natural en medio de los Andes. En el mismo pueden verse algunas truchas que han remontado el curso del arroyo desde el río Chubut. Además, siendo muy sensible a los cambios climáticos, es posible observar la catarata como una mansa caída de agua en el verano, un salvaje torrente en los inviernos lluviosos, un espectáculo helado en los inviernos fríos o un velo de vapor que sube impulsado por los a veces violentos vientos cordilleranos.
Para llegar al otro cañadon, el Cañadón de los Ensueños, se parte de Buenos Aires Chico hacia el noroeste. Este lugar está enmarcado dentro del Bosque Andino Patagónico de microclima particular y cuenta con sitios de singular belleza, como el cerro Ventana, el llamado "Puente de la Amistad" y la Cascada TacuiFí (“tanto tiempo"). Esta se forma gracias a que los cerros se acercan y dan lugar a una garganta por donde el arroyo se encajona y cae desde una altura de cinco metros, formando un "pozón" u hoya rodeada de grandes rocas.
La cascada está a dos horas de buena caminata y en ella se puede ver el accionar de la naturaleza, ya que en invierno aumenta notablemente su caudal, moldeando la piedra para crear el magnífico anfiteatro natural que la enmarca.
Por último, podemos dirigirnos hasta la Loma Huacha, un accidente geográfico producto de la actividad volcánico/glaciaria del período cretáceo, ubicado a unos 14 km de El Maitén sobre el costado de la Ruta Nacional Nº 40. Esta loma, de 70 metros de altitud, se halla sola en el medio del valle y es símbolo de la actividad orogénica que dio forma al valle donde se encuentra situado el pueblo.
Fotografías: Oficina de Turismo de El Maitén, Chubut.