Referente de aquellos pueblos que vieron la luz al costado de las vías del ferrocarril, Ingeniero Jacobacci es hoy por hoy un poblado de no más de 7 mil personas enclavado en el medio del desierto, en el medio de la nada.
Cabecera de la Línea Sur de la provincia de Río Negro, en la actualidad pelea por el progreso conservando su identidad y su memoria, aquella de haber sido la tierra de los pueblos indígenas.
Posee un clima árido y típicamente desértico, dando lugar a una economía básicamente ganadera. Su cultura radica en la diversidad, ya que en Jacobacci, como en muchos otros lugares, verdaderamente se hizo realidad aquello del crisol de razas.
La gran lucha de sus pobladores es la de mantener viva y a cualquier precio su apego por la tierra y por el hombre que la trabaja. De eso se trata la vida en Jacobacci: costumbres inalterables y respeto por la tradición.
La localidad se halla emplazada en un valle encajonado conocido como Huahuel Niyeu, el que, al igual que las demás elevaciones aterrazadas que rodean Jacobacci, se ha ido modelando a través de los diferentes procesos geológicos que acontecieron en la zona. Allá, los cursos de agua intermitentes que descienden desde distintos puntos por valles y cañadones convergen en la gran depresión conformada por las lagunas Carrilaufquen Chica y Grande. Son de régimen pluvionival y su mayor caudal se registra en primavera hasta comienzos del verano.
Jacobacci está ubicada a 210 km al este de San Carlos de Bariloche y a 642 km de Viedma, la capital de la provincia. Esta ciudad, situada a 900 m.s.n.m., debe su nombre al Ingeniero que trazo la línea férrea que dio impulso a la localidad y la zona.