De vez en cuando algún ejemplar se cruza en las rutas patagónicas y provoca el comentario del viajante. Se suele comentar su habilidad para acertar una escupida y algunos, muy pocos, hablan de su pasado como sustento de los indios. Pero, lo que pocos saben es que hoy, su lana es más valiosa que el cashmire y empezó a comercializarse legalmente recién en el año 2000.
Los guanacos fueron durante muchos años sólo la postal difícil de la Patagonia y, para los productores el depredador número uno. Por eso, se llegó a cazar hasta 100 animales por día. Pero el 1 de junio de 2000, en una licitación hecha en Los Menucos, se llegó a pagar 111 dólares el kilo de su pelo cambiando el destino del guanaco para siempre.
¿Qué pasó en el medio?: un proyecto de productores rionegrinos que buscaban una alternativa a la ganadería ovina. Y la respuesta estaba al alcance de la mano.
A diferencia de la oveja, una de las bases de la economía patagónica, el guanaco es originario de esta región. Ya desde mucho antes de la colonización, los indios tehuelches lo usaban para su sustento, aprovechando su carne y lana. Pero la introducción de la oveja hizo desastres entre su población, ya que los ganaderos creían que el guanaco era una competencia para las ovejas, al alimentarse de lo mismo.
En el 2000, mientras otros lo exterminaban, David Garrido, de la Estancia El Chacay en Los Menucos, decidió darle un uso sustentable. Tuvo que saltar los obstáculos propios de explotar animales en extinción. Finalmente, y con tres productores que se unieron a su cruzada por el guanaco, se logró exportar el primer kilo legal de lana de este camélido.
Se exportaron 144 kilos a 111,30 pesos cada uno, cuando el de oveja costaba 2 pesos. Países como Canadá e Italia, descubrieron la finura a la que había llegado el pelo de guanaco. Y en la Patagonia, fue como un abrir de ojos para muchos productores que habían estado de acuerdo con su predación y ni se imaginaban el valor que podía llegar a tener este animal autóctono.
¿Por qué es tan valioso? El pelo de guanaco, es decir el pelo más finito que queda luego de desarmar la lana, tiene 14 micrones de diámetro, mientras que el de oveja tiene 18. Eso lo convierte en un pelo muy fino, más incluso que el cashmire, que tiene 15 micrones. Estiman que haciendo una selección más fina, incluso se podría llegar a obtener una finura mejor que la de vicuña (la mas fina en este momento). Además, el guanaco como valor agregado tiene que se ve como una especie exótica en el resto del mundo.
Pero la licitación que se realizó en Los Menucos no sólo fue importante por el precio que llegó a pagarse por la lana, sino porque fue la primera venta legal de lana de guanaco que se hizo en la historia. Hasta el momento, no sólo había exterminio por parte de los productores, sino que cazadores los agarraban ilegalmente para vender su lana.