Esta historia comienza en tiempos en que aún no se conocía al tiempo.

 

He visto muchas cosas en estas tierras patagónicas, muchas no las puedo contar, muchas no las creerían y muchas otras se las contaron de la manera en que lograron comprenderla con su ciencia.

Ví cómo se formó ese sitio que hoy llaman Macizo del Deseado, observé como la lava se escurría hacia el oeste para terminar en las costas de Caleta Olivia o Puerto Deseado. Fui testigo de cómo se creó ese cono de cúspide basáltica que le da nombre a esta ciudad.

 

Recuerdo cuando el volcán del Macizo estaba rodeado de glaciares. Ustedes lo pueden comprobar. Junto al cerro Pico Truncado existe fondo marino, evidencia irrefutable de que este sitio estuvo bajo el agua. Después del Valle del Río Deseado, los desafío a encontrar fondo marino. No esperen que los deje hacer esta aventura tan fácil, en ese lugar existen muchos tesoros, muchas cosas que no puedo permitir que las descubran sencillamente. Ese sitio es una de mis mayores creaciones, he dado forma a los cerros durante millones de años. No puedo permitir que piensen que es fácil explorar estos sitios. Soplaré durante las estaciones cálidas de manera constante y durante el frío seré clemente pero cuando aparezca no seré bondadosa.

 

Conocí muchos seres humanos y conozco sus creencias. Todas las explicaciones son válidas.

En el Macizo del Deseado vivieron los Tehuelches hace más de 13 mil años. El escenario corresponde a un paisaje de finales de la última glaciación. La meseta contaba con una disponibilidad de agua mayor que en la actualidad y los pastizales alrededor de los lagos permitían sustentar una mayor carga de animales.

 

En las leyendas Tehuelches, me describen con personalidad malvada pero les aseguro que no soy así, tengo muchos amigos.

 

En esos tiempos tenía un compañero incondicional con el cual, a nuestra manera, dimos forma al terreno y custodiamos los tesoros que se esconden en el Macizo de Deseado. La ciencia hoy dice que eso es un proceso natural llamado erosión. Rara forma de nombrar al arte natural milenario.

 

De tanto en tanto recuerdo un hecho que me pone triste y salgo a recordar a Shamej Gooshe, el tornado, mi compañero de vida. Los tehuelches decidieron ponerle fin a su vida tan sólo para demostrar su poder ante nosotros.

Entre tantas visiones del mundo, entre tantas concepciones de la vida puedo nombrarles a la de los europeos, quienes llegaron a estas tierras americanas en busca de recursos y sitios estratégicos para el comercio.

 

En un momento pensaron que la tierra era plana. Quien lo cuestionó fue condenado.

 

Tuvieron la teoría que el sol funcionaba a carbón. También existe la idea de que los humanos descienden del mono (Podría contarles la verdad pero está en ustedes descubrir estos secretos). No quiero imaginar que pensaban de mí.

 

Entre tantas teorías que tenían en el "viejo mundo" existía la creencia o se afirmaba que el hombre en el resto del planeta era primitivo y salvaje, que debía ser adoctrinado a las creencias europeas. Cuando llegaron a América descubrieron pueblos con sus propias creencias y para nada primitivos y salvajes.

 

Les puedo asegurar que la gente vivía en paz y prosperidad. Su modelo de desarrollo era transmitido a los demás pueblos del continente sudamericano. Las historias viajan con el viento. También su ciencia actual considera a los pueblos de aquella época como referentes de una impresionante sofisticación en construcciones, arte, tecnología hídrica y agrícola. Toda la zona del cono sur estuvo influenciada por estos conocimientos.

 

Los europeos al descubrir que su civilización no era la más avanzada intentaron destruir las evidencias que demostraran lo contrario.

 

Lo que para ellos eran riquezas para los pueblos originarios eran elementos de los dioses. La riqueza para los pueblos de América se basaba en convivir pacíficamente, en comunidad y la vida en armonía con los dioses y la naturaleza.

 

Este choque de concepciones y realidades hizo que sucediera lo que muchos conocen sobre el final  de estos pueblos.

 

Siempre viví en la Patagonia. Tengo parientes en otras latitudes. Somos muy parecidos pero yo soy la mas bella, poseo más personalidad y les aseguro que en estas tierras existen muchos tesoros que protego.

 

Antes que exista el canal de Panamá, las costas de la Patagonia eran un objetivo estratégico para poder controlar el estrecho de Magallanes, el cual era el único paso hacia el Océano Pacífico.

 

Como ya les comenté, ni yo ni ninguno de los elementos que dominamos el planeta podemos permitir que todo sea fácil, con más razón en la Patagonia donde existen secretos que aún no son descubiertos.

 

De esto les puedo mencionar todos los hundimientos que ocurrieron en las costas de Puerto Deseado, Caleta Olivia o Puerto San Julián. Obviamente no lo hicimos para lastimar a nadie, algunos logran dominar sus embarcaciones y llegaron a destino.

 

Durante mucho tiempo, la única preocupación ha sido la costa. No tenían planes reales para explorar tierra adentro. Sólo conocían de palabra o llegaban a sitios gracias a los Tehuelches quienes poseían un conocimiento muy amplio sobre estas tierras.

Mataron a mi marido pero no soy mala y siento compasión porque los utilizaron, a los Chonkes, para encontrar ese lugar mítico lleno de riquezas. Lo sé porque puedo escuchar sin que me vean y sé que querían manipular a los originarios del lugar para encontrar ese lugar.

 

Desde muchos rincones del planeta llegaron personas buscando un lugar llamado Trapalanda. Se decía que sitio atesoraba inmensas riquezas.

 

En un principio estaba confundida. ¿Qué riquezas buscaban? Los Chonkes como se hacían llamar los Tehuelches, poseían riquezas inigualables en cuanto al conocimiento que Elal, el creador de la Patagonia, les había enseñado, enseñanzas que estos pueblos dejaron plasmadas en muchos lugares para que no se pierda esta historia.

 

Los sitios que exploraban en busca de Trapalanda eran la obra de arte mas grande que, junto a Shamej Gooshe, creamos durante millones de años dando forma al paisaje. No entiendo aún cómo no lo vieron. En esta búsqueda murieron o desistieron muchas personas. Supongo que nunca supieron qué tipo de riqueza debían buscar.

 

Llegó una época en que las personas empezaron a dominar el terreno. Creo que habían comprendido uno de los mayores tesoros que se ha transmitido en el tiempo: la igualdad de los hombres, la vida en comunidad, el concepto de familia como pilar del orden social y la distribución de la economía equitativamente. El proyecto del Ferrocarril Patagónico comenzó una historia que perdura sobre el nuevo poblamiento de la Patagonia, el cual considero que ha entendido algunas de los secretos que les cuento en este relato.

 

Lamentablemente dejaron de lado, olvidado, ese misterio que tanto buscaban sus ancestros.

 

Encontraron riquezas bajo la tierra: petróleo, gas y minerales preciosos con alto valor económico. Lograron poder y buena vida en la zona.

 

Aprendimos juntos a generar energía con esos grandes motores con hélices. Generamos una potencia inigualable, apoyándonos en la ciencia que crearon y mi fuerza.

 

Los ayudo a hacer deportes impulsando esos vehículos de tres ruedas. ¡Me encanta verlos disfrutar de esto!, le llaman kittebuggy.

El lugar con más riqueza que he visto, donde aprendieron a convivir diferentes culturas. He visto muchos hombres que no aceptaron o engañaron al pueblo Tehuelche e intentaron hacerlo desaparecer.  Hoy veo como los hombres son aceptados y ayudados sea cual sea su procedencia.

 

Aprendimos a trabajar en equipo, en comunidad, con sinergia.

 

En cuanto a mi, no me rechazan ni me niegan. Si reniegan de vez en cuando pero sólo cuando recuerdo a Shamej Gooshe, me pongo triste y hago honor a su memoria demostrando mi poder.

 

Los ví construir una ciudad que avanza junto a la fuerza de mi energía. Con la fuerza del viento.

 

Fuente y Fotos: Turismo Pico Truncado