Navegar por el canal Beagle puede resultar el plato fuerte de todo un día de visita a Ushuaia, sobre todo en otoño, época en que la ciudad más austral del mundo y sus alrededores ofrecen desde el agua una estampa formidable, rodeadas del bosque que aún no ha perdido sus hojas.
Hay navegaciones cortas por el canal, durante las cuales se observan pequeñas islas con colonias de lobos y pájaros marinos, o que introducen al pasajero en el mundo submarino de las centollas a través de una cámara de TV subacuática.
Y hay opciones de mayor duración, que llegan hasta la famosa bahía Lapataia –último punto de la ruta nacional 3–, dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego, o hasta la estancia Harberton, primer establecimiento rural de la isla, fundado en 1884 por el misionero anglicano Thomas Bridges.
Los paseos se hacen a bordo de catamaranes modernos, o bien clásicas motonaves con rica historia en la zona, veleros e inclusive botes neumáticos. En todos los casos, las embarcaciones pasan frente al fotogénico faro Les Eclaireurs, arquetípico y fascinante, cercano al sitio donde naufragó en 1930 el paquebote alemán "Monte Cervantes".
Algunos de estos servicios incluyen caminatas. Por ejemplo, en las islas Bridges, en la pingüinera de la isla Martillo o en la isla Redonda, donde se encuentra la Estafeta Postal más austral del Correo Argentino.
Por supuesto, en un puerto como el de Ushuaia, alcanzado como meta última por veleristas de todo el mundo, existen opciones de navegar a vela las aguas australes, contratando un velero por un día entero o más. Así, se puede llegar el mítico cabo de Hornos o recorrer los canales fueguinos del oeste, donde es posible ver glaciares colgantes que llegan hasta el mar.
Todas estas posibilidades son combinables con caminatas, cabalgatas y recorridos en vehículos 4x4, que mayoritariamente parten desde Ushuaia.