Es el símbolo de Neuquén. Casi se podría decir su marca registrada, aunque sólo una porción de la provincia está cubierta por ellas. Su notable distinción del resto de las especies árboreas y vegetales que cubren la Patagonia la hacen reconocida en donde se la vea.
Sobreviven en un pequeñísimo puñado de sitios en el mundo, pero solas, contra el viento y el frío, las araucarias han sabido adaptarse a este territorio y ganarse, por supuesto, un lugar. Allí, donde sólo los arbustos más duros pueden resistir los crudos inviernos, estas especies siguen creciendo como tratando de alcanzar el cielo con sus puntiagudas ramas.
Pero, por sobre todas las cosas, la araucaria es el sello que ilustra todas las postales de Caviahue y la que le da la bienvenida a quienes llegan a esta localidad.
Los antiguos aborígenes, los pehuenches, conocían a este árbol con otro nombre: pehuen. De allí, que la zona en donde se encuentra la mayoría de estos bosques se llame Villa Pehuenia. Los pehuenches tenían hasta una deidad con el nombre de esta especie. Es que durante siglos fue casi su único alimento. Con sus semillas, los piñones, hacían pan, vino y hasta guisados.
Tiempo después, los científicos han descubierto que un hombre necesitaría, a lo sumo, 18 arboles por año para subsistir, ya que poseen en las debidas proporciones el alimento necesario para un correcto metabolismo.
Los bosques de araucaria crecen a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, entre el lago Caviahue y el norte del lago Lolog, a ambos lados de la cordillera. Su crecimiento es lentísimo, pero puede llegar a alcanzar alturas de hasta 40 metros. No sería raro que algún pehuén que alimentó a aquellos antiguos araucanos todavía esté en pie, porque una araucaria puede lograr vivir de 500 a 1.000 años. Incluso, algunos de los ejemplares más antiguos de Sudamérica tienen 3.000 años.
Y, a diferencia de otros vegetales, cualquiera podría reconocer fácilmente en esta especie al macho de la hembra. El pehuén masculino tiene 5 o 6 ramas que sobresalen de la copa, como dirigiéndose, largos, hacia arriba; mientras que el femenino, conocido como piñonera, da una piña cada dos años.
La madera del pehuén es de excelente calidad, pero su explotación está limitada dada la rareza de la especie. De hecho, en 1941 la provincia de Neuquén creó el Parque Caviahue-Copahue para proteger los bosques de pehuenes o araucarias, atractivos característicos de la región.
Aunque son la marca que distinguen Caviahue de su vecina y desértica Copahue, su crecimento no se da solamente allí. En la Patagonia, hay bosques de araucarias en el noroeste neuquino, entre los pasos fronterizos del Arco, Pino Hachado y Mallín de Icalma; también alrededor del lago Aluminé y del volcán Lanín.
Para conocer un poco más de esta milenaria especie, Patagonia.com.ar propone un circuito de fin de semana por los milenarios bosques de araucarias diseminados por la provincia.