Los pingüinos de Magallanes (Spheniseus magellanicus) avistados por los primeros europeos en el viaje de Magallanes en 1520 fueron descriptos por el cronista Antonio Pigafetta como "Extraños gansos". Es una de las pocas aves que no vuelan y que sus alas se han transformado en aletas natatorias.
Habita en gigantescas colonias como la de Punta Tombo en Chubut, considerada la colonia continental más grande, con medio millón de ejemplares.
Es de mediana altura, entre 50 y 60 centimetros, y con un peso de hasta 5 kilogramos. Está adornado con un pecho blanco y una franja blanca en torno a la cabeza, cuello y alas.
Años tras año, en agosto arriban los machos a la "pingüinera". Las hembras llegan en septiembre y comienza un período de peleas territoriales -algunas muy violentas-, cortejos con cuellos arqueados, breves pasos, uno alrededor del otro, golpeteos de picos con fines divesos y cópulas. En octubre cavan con sus patas los nidos, en lo posible debajo de arbustos. La pareja incuba dos huevos (el doble de grandes que los de gallina) durante 40 días.
En noviembre los polluelos ya nacidos obligan a sus padres a viajar al mar en busca de alimento (peces y calamares que regurgitan semidigeridos) y a extremar cuidados ante los predadores, gaviotas cocineras y pardas sobre todo.
Los pingüinos anidan muy próximos unos a otros, lo que provoca tensión por falta de espacio, pero al mismo tiempo se protegen mejor entre todos. En enero los polluelos se animan a alejarse de los nidos.
De diciembre a abril mudan el plumaje: primero los ejemplares juveniles, luego los pichones, preparándose para ingresar al mar, y finalmente los reproductores. El invierno los encuentra en aguas cálidas del Brasil.