Quienes visitan Chubut siempre buscan llevarse de recuerdo una de las tradicionales "torta negra galesa".
Pocos saben, sin embargo, que el origen de esa torta es netamente chubutense y evoca uno de los períodos más duros de la colonia galesa en estas tierras.
La escasez de alimentos por las que reiteradamente debían atravesar aquellos pioneros, obligó a las mujeres a inventar y reinventar las formas de hacer rendir los escasos elementos con los que se contaban y procurar que se conservaran en el tiempo.
Fue así que un grupo de familias juntaron varios ingredientes que poseían y las sabias manos de las mujeres fueron mezclando partes de harina, azúcar negra, nueces y otros ingredientes por el estilo, dando forma a una torta cuyas principales características fueron alto contenido en calorías y una larga posibilidad de conservación.
Pasados los peores momentos, la torta negra constituyó siempre un símbolo de tesón, supervivencia y vocación solidaria. Integrada a la tradición de la colonia galesa, durante muchos años, una torta negra coronaba la torta de bodas. Los novios, una vez casados repartían entre sus invitados parte de la torta, y se guardaban una parte para ellos envuelta en fino papel dentro de una lata de galletas. Así todos los meses siguientes, conmemoraban la fecha de su boda compartiendo en la intimidad un trozo de ese bizcochuelo oscuro, siempre húmedo y de tan particular sabor, convertido ahora en un símbolo de esa unión que siempre permitirá superar los momentos más difíciles.