Bajo la forma de un típico bus londinense de doble piso, se esconde una máquina del tiempo para viajar al pasado humano de Ushuaia.
Desde el 2000, y no sin asombro, los vecinos de Ushuaia han visto circular por las calles de la ciudad más austral del mundo un extravagante bus de doble piso, pintado de gris, verde y celeste, y lleno de imágenes clásicas de nuestro acervo histórico-cultural.
Se trata de un nuevo emprendimiento turístico, llevado adelante por la gente de Patagonia Double Deckers con el apoyo del Museo del Fin del Mundo, institución desde cuya puerta salen y terminan los recorridos del nuevo colectivo. El "Ushuaia Double Decker" (no es éste su nombre oficial, pero podría serlo) ofrece su servicio diurno en forma regular, cada dos horas aproximadamente, y realiza además un circuito nocturno (el "Paseo de las Luces"), por la circunvalación alta de la ciudad. Guías profesionales asisten a los pasajeros, narrándoles en varios idiomas la historia humana del lugar, mientras el "doble-piso" recorre las calles ushuaienses más ricas en pasado.
Ciertamente podría pasar desapercibido en Londres, donde es el tradicional transporte colectivo de pasajeros, pero no aquí. En Ushuaia, el alto bus que desde no hace mucho recorre la ciudad en un tour histórico, llama la atención de todos los vecinos, tal cual pudo comprobarlo este cronista desde su primer paseo de prueba, realizado para antiguos pobladores y gente de prensa.
Este "doble-piso" (double decker, según lo conocen los angloparlantes) ya no lleva el convencional color rojo de los londinenses, pero no por eso resulta menos atractivo. Al contrario: retratos, figuras y escenas de la historia regional aparecen pintados en sus paredes exteriores, junto a textos didácticos, en una muy estética combinación.
No ha quedado absolutamente nada del rojo original; ahora predominan el celeste, el verde y un gris en la parte alta, que mucho se parece al cielo fueguino. Integrado así armónicamente con el paisaje que ha de recorrer, el bus de "la historia de la gente" tiene su estación terminal en la puerta del Museo del Fin del Mundo.
Luis Vuoto es el titular de la empresa que ha desembarcado esta novedad en la capital del fin del mundo, que no se quedará solamente para pasear turistas durante la temporada de verano, sino que se prolongará en el año, invierno incluido, ofreciendo excursiones a grupos de escolares. Por otra parte, las tarifas para los habitantes de Ushuaia siempre son preferenciales. "Nuestra idea es insertar este emprendimiento en la ciudad", asegura. "Queremos que se vuelva una parte más de Ushuaia".
En ese sentido, Vuoto consideró valioso el aporte del bus para revertir algo que podría denominarse "des-amor por el propio lugar", algo no exclusivo de las ciudades fueguinas y que, en general, se repite en otras partes del país de mucha inmigración reciente, y especialmente en la Patagonia: los nuevos pobladores conocen poco acerca del sitio que habitan.
El bus fue elegido porque "tiene una buena altura, mayor que la de los doble-piso tradicionales, y su puerta de acceso y pasillos son muy amplios", explicó el responsable de Patagonia Double Deckers.
El trabajo gráfico exterior e interior está muy bien cuidado, y se hizo con el asesoramiento de la gente del Museo del Fin del Mundo.
"Queríamos que el bus se viera bien. Pero, sobre todo, buscamos que la estrella absoluta fuera la historia que cuenta".
Vuoto destacó con gratitud la orientación que había recibido en todo ese proceso creativo de parte de Oscar Zanola, director del Museo, y de Julio Lovece, subsecretario municipal de Turismo.
Por dentro, los dos pisos del bus siguen esa línea gráfica, aunque mucho más discreta.
"Pensamos que una galería interior de fotos (ubicadas por encima de las ventanillas) serviría para ilustrar al pasajero".
Así, en el piso de abajo, aparecen imágenes que referencian a la población indígena y a los inicios de la exploración europea en la zona, con Hernando de Magallanes a la cabeza.
La planta alta, por su parte, incluye grabados, fotografías y retratos correspondientes al poblamiento que se produjo desde fines del siglo XIX y principios del XX.
Entre el programa de recorridos, Luis Vuoto resalta el nocturno "Paseo de las Luces", durante el cual los pasajeros pueden ver la ciudad de noche, desde lo alto y con los reflejos de las luminarias urbanas titilando en las aguas de la bahía. Y con la nieve de las montañas brillando fluorescente a la luz de la Luna.
"Se trata de un circuito que, si bien es guiado, resulta mas de contemplación del panorama nocturno". El camino que sigue incluye la circunvalación de la parte más alta de Ushuaia.
En cuanto a los tours diurnos, hay uno regular y otro opcional. Según detalló Vuoto, el primero "que él llama "clásico" parte desde el Museo del Fin del Mundo por Maipú, va hasta el barrio La Misión para volver luego a la Antigua Casa Beban (por la costanera Maipú) y de ahí recorre San Martín (la principal) en toda su extensiÌÒn, tomando Yaganes y regresando por Maipú hasta el Museo.
La versión "opcional" tal vez es más larga y se hace sólo por pedido. Sin embargo, lo importante para destacar desde el punto operativo es que
"no hay que esperar a que el bus se complete, o que se alcance un mínimo de pasajeros para salir, sino que tiene una partida cada dos horas aproximadamente",
según aseguró Vuoto.
"Es decir, es un servicio regular, que puede aprovechar cualquiera, incluso quienes se encuentran paseando a pie por la ciudad". El responsable de Patagonia Double Deckers confió en poder conseguir mas auspiciantes que hagan posible mantener esta frecuencia durante el invierno.
En forma permanente, a bordo del bus gris hay guías capaces de responder preguntas sobre la historia fueguina y ushuaiense, y de hacerlo en varios idiomas distintos. "Los guías Hugo Podbersich y Mónica Legnini van contando esta historia apasionante, pero no de una manera fría, cronológica. Porque queremos darle al pasado y al presente de este lugar un enfoque esencialmente humano", remarcó Luis Vuoto con entusiasmo.