A lo largo del recorrido por un camino consolidado, conocido como "Camino de la Costa", que bordea el Atlántico se pueden observar los distintos escenarios que la naturaleza ofrece.
Siguiendo por la Ruta Provincial N º 1 desde Viedma que bordea el río Negro y luego el mar, a 30 kilómetros del balneario El Cóndor se encuentra La Lobería. El mismo es un balneario cuenta con playa de estacionamiento, confitería-restaurante, camping con fogones, proveeduría y servicio de teléfono semipúblico.
A esta sucesión de pequeñas playas con enormes acantilados se puede acceder por una escalinata de cemento a través de un cablecarril para el transporte de personas y elementos de playa. Entre la arena abundante emergen las restingas que en bajamar permiten disfrutar de apacibles baños en sus piletas naturales.
A sólo 3 kilómetros del balneario La Lobería encontramos el primer apostadero de lobos marinos de un pelo de la Patagonia y uno de los más importantes del mundo. Esta reserva natural habitada por más de 4.000 lobos marinos cuenta con excelentes miradores y una amplia pasarela de madera que garantizan al visitante un lugar de privilegio en la observación de esta inmensa colonia.
Este espectáculo natural se enriquece con la gran concentración de golondrinas y loros barranqueros patagónicos que anidan en los acantilados.
La reserva cuenta con un Centro de Interpretación Faunística y puede ser visitada durante todo el año. En épocas puntuales, desde sus panorámicos miradores se pueden visualizar orcas, ballenas francas y las particulares toninas overas.
A 15 kilómetros de La Lobería y limitada por médanos bajos, se encuentra Bahía Rosas. Es una playa que aún deja ver los restos del vapor chileno Ludovico, naufragio de 1916. La profundidad de sus aguas convierte esta playa en un sitio óptimo para la pesca costera de tiburón, cazón, pejerrey, róbalo, corvina, pez gallo, pez elefante, etc.
A poco más de 20 kilómetros se encuentra la "Bajada de Echandi", tallada en la piedra del acantilado como acceso a una playa ideal para la pesca del pejerrey.
Siguiendo con el recorrido, y ya a 100 kilómetros de El Cóndor, los acantilados pierden altura y se alternan con médanos bordeando amplias playas de arena. La belleza y tranquilidad de este lugar atrajo a vecinos de Viedma y Patagones que construyeron algunas viviendas de fin de semana. En este asentamiento también se encuentra el Club de Pescadores, con parrillas, agua dulce y baños y a pocos kilómetros una casa de campo que provee productos alimenticios y cuenta con servicio de radio para emergencias. A lo largo del recorrido se disfruta de una sorprendente variedad de fauna propia de las costas patagónicas.
A sólo 14 kilómetros de Bahía Cheek se encuentra Caleta de los Loros. Playa de finas arenas rodeada de médanos con canales naturales de profundidad variable por donde entra el mar.
En este Área Natural protegida se pueden observar cisnes de cuello negro, flamencos rosados, bivalvos, pulpitos y otras especies marinas. Además los pescadores encontrarán pejerreyes, lisas, róbalos y lenguados entre otras variedades.
Los amantes del buceo se acercan a La Caleta en busca de los restos del Mary Jane, hundido a fines del siglo pasado, y para la extracción de bivalvos y moluscos.
En una extensa playa de arenas finas cercanas a La Caleta está el balneario Punta Mejillón, denominado Pozo Salado, que es el elegido por los acampantes amantes de la naturaleza. También aquí existe un asentamiento de viviendas de fin de semana, y en temporada, cuenta con proveeduría y baños públicos. El paisaje se realza con la reaparición de los acantilados que cobijan una pequeña colonia de lobos marinos.