A este sitio lleno de misterios se accede desde Viedma por la Ruta Nacional Nº 3, a la altura del kilómetro 918, y tras recorrer 57 kilómetros de caminos consolidados.
Por la variedad de playas, sus costas vírgenes, la increíble fauna patagónica y la calidez de los isleños, resulta un lugar de ensueño que seduce no solamente a los amantes de la pesca.
La historia bañó a esta isla de misterios desde sus comienzos como refugio de corsarios y tesoros, pasando por la riqueza y opulencia de sus últimos dueños.
Hoy los aventureros siguen llegando, aunque el tesoro sea la tranquilidad que brinda este rincón tan diferente, bautizado como el Paraíso de los Pescadores por la abundancia y variedad de peces que habitan sus aguas.
La conservación de la naturaleza es una característica fundamental de la Isla del Jabalí, por lo que la presencia de muchas especies patagónicas la hace un espacio único para el ecoturismo, con alternativas varias como el safari fotográfico, actividades en 4x4, avistaje de fauna y todo tipo de deportes acuáticos, tanto a mar abierto como en su ría.
La calidad y variedad de servicios que la isla ofrece al visitante garantizan su comodidad. Cantidad de hoteles, cabañas, departamentos, casas de alquiler, campings, así como confiterías, restaurantes y otros lugares de esparcimiento suman calidad receptiva a Bahía San Blas.