Los inmigrantes italianos vieron en Comodoro la posibilidad de progreso social. Con ahorros, deseos de trabajar y prosperar, muchos llegaron tentados por el petróleo y luego se dedicaron a actividades comerciales o de servicios. Atilio Rossi es un buen ejemplo de ello.
Rossi llegó a la Argentina a los 11 años para encontrarse con su padre que era constructor. Aquí realizó diferentes oficios, desde peón de campo hasta lograr ser un industrial independiente en la década del '30.
Entretanto, durante la Primera Guerra Mundial, regresó a Italia para enrolarse como voluntario. Después volvió al país y decidió viajar a la Patagonia, contratado como albañil para la construcción del ferrocarril. Así llegó a Comodoro Rivadavia.
En 1924, la empresa petrolera estatal lo contrató para construir algunas casas. Como en el pueblo se ganaba más que en la petrolera, se independizó y se dedicó a la fabricación de cal a fines de los '20.
Cuenta la historiadora Graciela Ciselli que:
"la empresa Petroquímica le da trabajo en Bahía Solano. Ahí le dio un horno para fabricar ladrillos o lo que quiera. Prueba con ostrones. Había carbón en Astra pero no calcinaba los ostrones. Encontraron una salida de gas de un pozo petrolero y desvían las cañerías hacia los hornos que calcinaban los ostrones. Se consulta a la Dirección de Minas de Comodoro Rivadavia y les dicen que tenía un 90% de óxido de cal... En Bahía Solano hallaron por casualidad conchillas de almejas sobre la superficie. Con fuego, a la brasa, arrimaron las conchillas, cuando las tocó el fuego se abrieron y cuando echaron agua se hizo cal. La cal cocinada empezó a hervir. El horno necesitaba de 20 a 25 bolsas de ostrones... Hacen un campamento... Sacaban allí alrededor de 100 bolsas de conchillas y necesitaban 50 por día...".
En 1933 Rossi compra un lote pastoril en el que se dedica, por un lado a la fabricación de cal -allí estaba el filón de conchillas que explotaría por 25 años-; y por otro, al cultivo de productos hortícolas, frutales y a la cría de aves, conejos, chivos y ovejas. Aún hoy el lugar se conoce como "Quinta de Rossi".
De Italia a Comodoro y de peón de albañil a empresario. Esos fueron los derroteros de Atilio Rossi en su vida de inmigrante.