Quienes visitan El Bolsón suelen mencionar 3 o 4 características inolvidables de su viaje: la cerveza casera, la feria hippie, la paz del pueblo y la protección del cerro Piltriquitrón. Pero hay un lugar que destacan sobre todos los demás quienes realizaron la excursión: el cajón del río Azul.
Como es zona de reserva está prohibido ingresar con autos o motos, sólo se puede caminando o a caballo con un guía que acompaña durante el recorrido.
La caminata es larga, dura 3 a 4 horas según el ritmo que se lleve, y hay bastantes subidas, pero la recompensa al llegar vale la pena. Durante el paseo se cruza un brazo del río Azul por un puente colgante, un valle de ensueño y al final del trayecto se llega a otro valle en donde está ubicado el famoso cajón del Azul. El mismo es un cañadón de 1 metro de ancho por 40 de profundidad. Si uno se asoma puede ver allá abajo correr el río Azul y saber claramente el por qué del nombre del río.
En la margen oeste se puede contemplar el bosque nativo que, gracias a su inaccesibilidad, se mantiene tal como lo descubrieron los pioneros.
La excursión se puede realizar en el día, pero si lo tienta por más de unas horas la paz del lugar, hay un refugio para acampar y donde se puede conseguir cerveza artesanal, pan casero y comidas. Otra alternativa es dormir en el granero, eso sí, se recomienda llevar bolsa de dormir.
De ahí se puede volver o arrancar para otros refugios de la zona, como el Hielo Azul, que se llama así porque cerca del refugio hay un glaciar. Se trata de una caminata más complicada, con mucha subida que requiere un gran esfuerzo, pero también los sentidos son recompensados al llegar.