Este auténtico oasis patagónico, Los Antiguos, está ubicado en el extremo noroeste de la provincia de Santa Cruz.
El origen de su nombre proviene de una leyenda que dice que los antiguos tehuelches ancianos elegían este lugar como último reposo por su agradable microclima, por lo que su denominación es una traducción del vocablo tehuelche "I keu kenk" o "I keu konk", que significa "mis antepasados" o "los antiguos".
Los Antiguos, ciudad de aproximadamente 1.800 habitantes, ofrece un mundo de atracciones turisticas, en un sitio mágico enclavado en un valle fértil, con la cordillera de los Andes como marco excluyente.
Los Antiguos se encuentra en una zona fronteriza con Chile y a orillas del lago Buenos Aires, en donde la actividad económica por excelencia es la frutihortícola, aunque la explotación ictícola de los lagos también es importante.
Uno de los productos frutícolas más importantes y que forma parte de la principal fuente productiva de la región es la Cereza. Los Antiguos es reconocido como la Capital Nacional de la Cereza y los primeros días del mes de enero se realiza allí la Fiesta de la Cereza. Alrededor de este fruto se propone una interesante visita por las chacras que se dedican a su producción. En este recorrido se puede observar el lago Buenos Aires, el más grande de la Patagonia y el segundo en tamaño en Sudamérica después del Titicaca.
Este lago está enmarcado por los ríos Jeinimeni y Los Antiguos en los que se pueden enontrar especies como truchas marrones y arco iris, tentación de pescadores de todo el mundo. Gracias a estar rodeado por los ríos, el lago Buenos Aires, brinda la particular posibilidad de realizar pesca con mosca en cualquier estación del año, en dos ecosistemas diferentes.
Geograficamente, Los Antiguos se encuentra muy cerca de la Cueva de las Manos. Se trata de las pinturas rupestres de la civilización que habitó la zona hace 10.000 años y que dejó como testimonio estas pinturas que, dado el grado de conservación y el ambiente en que fueron ejecutadas, impresionan a quien se acerca a contemplarlas.
La Cueva de las Manos fue declarada en 1999 Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. En la Cueva se logra percibir la cultura cazadora-predadora a través de su arte, que ha legado demostraciones de sus costumbres, técnicas de caza, ritos y creencias, del medio ambiente y las condiciones en que desarrollaban su vida, hechos que han quedado protegidos por el cañadón del río Pinturas.