Casas sencillas, algunas muy humildes, pero todas de una muy especial personalidad que muestran dejos de nostalgia por el país natal, son las que levantaron los colonos en el valle (Gaiman, Trelew, Puerto Madryn, Rawson y Trevelin, en la cordillera).
De adobe, piedra o ladrillo, tenían siempre inconfundibles características que marcaban las raíces galesas, sumado a techos de chapa acanalada que servía para transmitir cual notas musicales a su interior, la fuerza de la naturaleza con sus manifestaciones de viento y lluvia.
Ventanas tipo guillotina y puertas de madera completan el exterior. Algunos adosaron frescas galerías y también los clásicos Bay-Windows: sus ambientes con cielorrasos de madera machimbrada, los típicos fogones y cocinas de hierro que daban excelente calor a cada hogar en los largos fríos inviernos chubutenses.
Con el paso de los años y como consecuencia de las continuas manifestaciones culturales de la colectividad, que convocaban a vecinos de todo el valle del Chubut, algunas familias con muy buen criterio fueron habilitando sus casas para brindar a parte de esos visitantes el apetecible "Té" en horas de la tarde. Así nacieron las tradicionales Casas de Té Galés, viviendas típicas acondicionadas al servicio de esta costumbre que conforma parte del patrimonio cultural de los galeses.
Con total respeto a estas características tan propias y con las cuales por ascendencia están completamente comprometidos e identificados, varios de los descendientes de aquellos colonos galeses brindan este servicio, que es más un deleite para los visitantes. Éstos pueden disfrutar del sabrosísimo té galés acompañado de exquisitas especialidades como el pan casero, scons, dulces caseros, tartas de crema y manzana, torta negra galesa, lemon pie, bizcochuelo de chocolate y de nuez, tartas con frutas de estación, saladitos y muchas tentaciones más.