La Patagonia se caracteriza por la diversidad de paisajes que impactan a los turistas. Las particularidades de las bardas que se encuentran en el área de Paso Córdoba son propicias para la práctica de actividades recreativas en el medio ambiente.
Caminar por los senderos de las bardas bajo la luz de la luna y poder observar la flora y la fauna resulta una interesante excursión para los visitantes que llegan a General Roca.
El trekking nocturno permite descubrir un punto panorámico desde donde se observa el fuerte contraste entre el valle, la estepa patagónica, el río, la ciudad de General Roca y las bardas del norte.
Esta actividad se realiza una vez por mes o cada veinte días cuando hay luna llena y forma parte del proyecto “ecoturismo de aventura”, propuesto por la dirección de turismo de la ciudad.
La caminata comienza cuando las luces del ocaso desaparecen desde la “Bajada de los Caballos” en el sector protegido de Paso Córdoba y recorre los senderos que rodean la formación geológica que atrae a miles de visitantes en todas las épocas del año.
Claudio Paz es el guía de turismo de esta aventura y sostiene que no es una competencia, sino que el objetivo es conocer y disfrutar del paisaje. Como el trekking comienza desde una bajada de la barda, durante su trayecto siempre se desciende, haciendo que sea un deporte práctico para cualquier persona que esté interesada.
El horario de partida se modifica según la estación del año en la que se realiza, en verano comienza a las 21 y en invierno a las 19.
Los turistas pueden observar las diversas figuras de las piedras que se encuentran en el cañadón y conocer el “Valle de la Luna” que forma parte de la barda, el cual gracias a la erosión de los siglos, el viento y la lluvia lo convirtieron en un lugar de singular aspecto.
Durante las tres o cuatro horas de caminata, los visitantes llegan a la costa del río, conocen el famoso laberinto del Cañadón del Náutico, donde la gente del lugar los recibe con un gran fogón.
En el trekking nocturno se pueden observar aves como águilas moras, golondrinas, perdices y jotes, quienes son la parte visible de la fauna que ha logrado adaptarse a la sequedad del clima.
Para los turistas la flora del lugar es muy interesante. A pesar de su aspecto desértico, estas plantas son las que le otorgan una belleza particular al paisaje como las jarillas, alpataco, coirón, jume, uña de gato, zampa, colapiche, molle y cactus.
En esta actividad deportiva no solamente se conoce el imponente paisaje con su historia sino que se realizan juegos de integración entre los visitantes. Después de recorrer los cuatro kilómetros los turistas disfrutan de un asado en medio de las bardas, bajo la luz de la luna y respiran el aire cálido que les permite descansar del ruido de la ciudad.
Las personas que quieren participar del trekking nocturno tienen que llevar calzado cómodo, agua, una linterna y un abrigo.
Además del trekking, en las bardas se practican diferentes actividades como ciclismo de montaña, parapente, rappel, pesca y deportes náuticos como remo y bajadas en balsa.
Por Alejandra Diaz