La Meseta de Somuncurá se sitúa entre el centro-sur de la provincia de Río Negro y el centro-norte de la de Chubut, dividida por el paralelo 42° que separa ambas provincias de la Patagonia argentina.
Es un ámbito enorme, de apariencia infinita para quien lo visita. Su extensión alcanza aproximadamente los 25.000 km2. Se asemeja a una isla de roca, que imponente y desafiante surge en el paisaje patagónico. También ha sido caracterizada como un oasis en la Patagonia, que acumula grandes cantidades de agua de lluvias y nevadas.
Es su particular conformación a lo largo de la historia que la hace un lugar tan especial. Procesos volcánicos y erosivos durante millones de años han delineado el perfil que hoy la caracteriza y nos deslumbra.
En la Meseta de Somuncurá cabe distinguir tres ambientes. La mesada se denomina a lo que los pobladores locales llaman “la planicie", el ambiente caracterizado por ser un plano ubicado a unos 1050 metros sobre el nivel del mar, que contrasta con sus escarpados bordes que tanto dificultan el acceso a pobladores y visitantes. Y los otros dos espacios son: las sierras volcánicas, constituídas por un dispar conjunto de cerros que pueden alcanzar los 1.900 msnm y el ambiente de consumición de la meseta, constituido por los bordes de la meseta que sufren procesos erosivos.
En su extensión infinita, hallamos entonces variedad de paisajes en sus tres ambientes, los que incluirán una gran cantidad de lagunas, temporales y permanentes, pequeños arroyos, cañadones y quebradas, chacras colgantes, cerros testigos.
La planicie es de origen volcánico donde desde fisuras surgía la lava recorriendo grandes extensiones y sucesivas olas (coladas de basalto) formaron la mesada. Las sierras que hoy quiebran el horizonte de la mesada, también lo son, aunque algo más jóvenes, producto de erupciones de lava en determinados puntos que rompieron la capa de basalto preexistente, pero que recorriendo distancias más cortas, formaron cerros. La erosión del viento y el agua, se encarga de consumir el paisaje de la meseta, donde en sus bordes es posible ver como lentamente se desprenden grandes rocas.
Como en todos los temas, la Meseta de Somuncurá guarda misterios y el clima al que se somete no está exento de ello. Al no haber estaciones meteorológicas sobre la mesada, no existen datos científicos precisos sobre las condiciones que allí predominan. En Los Menucos, localidad cercana y sede de Meseta Infinita el clima predominante es de tipo “continental seco” con vientos predominantes del oeste. Las lluvias son escasas a lo largo del año (entre 160 y 250 mm) y se distribuyen a lo largo del año, sin que aparezca claramente una estación más lluviosa.
Respecto de las temperaturas, a partir de la información disponible podemos decir que al pie de la meseta las temperaturas máximas se registran en el mes de enero, siendo las medias entre los 21°C y 24°C y las máximas absolutas entre 36 y 42°C. Mientras, las mínimas se registran en julio, con medias entres -1°C y 3°C y mínimas absolutas entre -20°C y -10°C. Existe una gran amplitud térmica que se sitúa entre los 12°C y 16°C anualmente.
El ambiente de la meseta condiciona la flora y la fauna que allí se encuentran aunque podría definirse como una zona de transición entre las ecorregiones de la Estepa Patagónica y el Monte. Si bien existe una importante diversidad en la flora de la región, se destacan especies de los géneros Larrea (Jarillas), Prosopis (Alpataco y Algarrobo), Chuquiraga (Chilladoras), Prosopidastrum globosum (Leña de vaca), Mulinum spinosum (Neneo) y Adesmia campestris (Mamuel Choique), asociadas a pastos xerófilos pertenecientes a los géneros Stipa, Poa y Festuca (Coirones), entre otras. De acuerdo a estudios realizados, otro dato de interés es la existencia de varias especies vegetales endémicas (no existentes en otros sitios del planeta), como Grindelia pigmea, Senecio mustersii, Dentatus, Lecanophora ruiz-leali, Grindelia coronensis, Senecio chipauquilensis, Senecio ganganensis y Sisyriunchium somuncurense.
En cuanto a su fauna, la Meseta de Somuncurá es considerada como un área de biodiversidad sobresaliente en la Estepa Patagónica. Allí existen especies endémicas de alto valor de conservación, entre ellas, el único pez autóctono, la mojarra desnuda, y un anfibio, la rana de Somuncurá. En cuanto a las aves, actualmente se han compilado más de 70 especies, encontrándose patos, jotes, martinetas, águilas, halcones y cisnes entre otros. Dos de ellas amenazadas el choique o ñandú petiso y el flamenco austral. Entre los mamíferos se destaca el guanaco y también se encuentran zorros colorados y grises, zorrinos, piches, mara e incluso una subespecie de chinchillón endémica de la meseta. Lamentablemente al igual que con otros representantes de la fauna, los varios de los mamíferos se encuentran amenazados de extinción.
Dada la particularidad del ambiente de Somuncurá, la fragilidad de su medio y las amenazas que pesan sobre su flora y fauna, incluso sobre aquella endémica, es que en 1986 la provincia de Río Negro ha creado el Área Natural Protegida Meseta de Somuncurá, de aproximadamente 3,5 millones de hectáreas.
Anteriormente, la población del lugar era nómade, siendo los Tehuelches Septentrionales quienes ocupaban el territorio a la llegada del hombre blanco. Para algunos antropólogos, la Meseta tenía para éstos un carácter fundamentalmente sagrado, con sólo una ruta de paso norte-sur que habría sido la que utilizaron el suizo Claraz, el primer explorador blanco en andar por estos territorios y el perito F. P. Moreno.
Hoy en día, la población de la Meseta se encuentra en los pequeños parajes al pie de la misma y residiendo sobre la mesada sólo existe un paraje, El Caín. El resto de la población es rural diseminada, encontrándose las moradas de los pobladores alrededor de las lagunas, sean temporales o permanentes. La actividad económica dominante es la ganadería ovina.
El turismo hoy nace como una actividad nueva, que encarada con un enfoque sustentable y ejecutada por los mismos habitantes de la meseta, es la mejor opción para que el visitante descubra el mundo hasta ahora oculto de Somuncurá.
Somuncurá, tierra de misterios y leyendas es la propuesta de Meseta Infinita para ir en busca del desafío y ascender a la mítica meseta junto a quienes la han recorrido durante toda una vida y conocen sus secretos.
Fuente y fotos: www.mesetainfinita.com.ar