Los alrededores de Puerto Deseado y, en general, la geografía de la Patagonia no fueron siempre como son ahora.
Hubo un tiempo en que el clima en la región era templado. No existía la cordillera de los Andes, por lo que los vientos humedecidos del océano Pacífico llegaban sin obstáculos a la zona. Bajo estas condiciones, el suelo florecía, poblándose de bosques de coníferas.
Pero entonces, hace 150 millones de años ocurrió un cambio: comenzaron a soplar fuertes vientos y la actividad volcánica se intensificó. Los árboles no resistieron y se cayeron, cubriéndose de la ceniza volcánica que reinaba. La lluvia de silicio penetró y reemplazó el tejido vegetal por mineral. Y nada volvió a ser igual. La región se convirtió en lo que es hoy: un lugar árido, ventoso y con poca vegetación, casi desértico.
Sin embargo, de aquellos tiempos quedaron testimonios. El Bosque Petrificado de Jaramillo, en el norte de Santa Cruz y a 256 kilómetros de Puerto Deseado, es uno de ellos. El lugar es, literalmente, un bosque. Sus troncos de piedra están derribados, pero sus raíces están en el mismo lugar en donde transcurrieron sus vidas.
El sitio es impactante y está considerado uno de los yacimientos fósiles más importantes del país. ¿Por qué? Porque allí se encuentran los árboles petrificados más grandes del mundo: algunos ejemplares llegan a medir 35 metros de longitud (sin contar partes enterradas, ramas menores y copa) y tener hasta 3 metros como diámetro mayor. Hasta el momento de petrificarse contaban con 1.000 años de edad.
Para preservar este impresionante yacimiento, en 1954 el bosque de Jaramillo fue nombrado Monumento Natural Nacional. En esta extensa área de 10.000 hectáreas no solamente se ven troncos. A pesar de ser un lugar casi desértico (no llueven más de 200 milímetros por año) y muy ventoso, numerosa fauna habita el lugar. Se pueden ver guanacos, zorros colorados, pumas, maras, lagartijas, zorrinos, piches, ñandúes, choiques, águilas y martinetas entre otras especies que andan entre los árboles petrificados, por lo que los guardaparques evitan que sean molestados.
Las comodidades cerca de allí son pocas, habiendo sólo un museo y un centro de información. Los guardaparques organizan caminatas guiadas.
Para llegar en auto desde Puerto Deseado, se puede tomar la Ruta Nacional Nº 3 hacia el norte y luego emplamar con la Ruta Provincial Nº 49.