Luis Broger, descendiente de los Goye, familia pionera proveniente del Cantón de Valais (Suiza), fue el creador de tres empresas de chocolates "La Estrella Alpina", "La Abuela Goye" y "Tante Frida".
Félix y Camilo Goye partieron del Cantón de Valais (Suiza) en 1888 en busca de nuevos horizontes. Primero se radicaron en Victoria (Chile), luego en Chaco, Misiones hasta llegar a esta zona y se radicaron en 1890 en donde es hoy Colonia Suiza.
Ansioso por conocer el lugar paradisíaco que describían las cartas de sus tíos, Eduardo Goye, el abuelo de Luis Broger, llegó a Bariloche en 1903. Tenía entonces 17 años y poco tiempo después se casa con Elisa Creton con quien tuvo catorce hijos entre los cuales estaba la madre de Luis.
Los Goye como muchos pioneros en esta zona, se dedicaron a las tareas agrícolas. Sembraban trigo, avena, frutales y canjeaban los productos que no podían conseguir como el azúcar, utilizando el barco de vapor de Primo Capraro.
"En la casa de mi abuelo -recuerda Broger- las comidas eran a base a harina de trigo, huevos, leche, crema, quesos. Mi madre cuenta que la comida habitual era el omelette de queso y lo que nunca faltaba eran las tortas y los dulces caseros".
Esta tendencia familiar hacia la repostería y las confituras marcó a fuego a Broger quien decidió, años después, incursionar en el tema del chocolate. Empezó en el año 1976 con la "Estrella Alpina" y en 1981 dejó la sociedad y se abocó a nuevo emprendimiento: "La Abuela Goye". El nombre de esta empresa es en homenaje a su abuela Elisa Creton de Goye. Ella no hacía chocolates pero era una experta en hacer tortas.
"Hay cosas que nunca me voy a olvidar - expresa -. Como cuando éramos chicos y visitábamos a los abuelos. Tengo la imagen de las vacas que ordeñaban y el canal de agua que bajaba. La abuela nos hacía batir la crema y luego ella hacía la manteca. Después comíamos el pan casero con la manteca y el dulce".
En los años de la Abuela Goye, sin embargo, había otra abuela que era la imagen de la chocolatería. Nada menos que su tía Frida, la hermana mayor de su madre.
"Ella empezó a trabajar conmigo con el chocolate desde que me inicié en la "Estrella Alpina". Mi tía muere en 1993 y al año siguiente, vendí la marca "La Abuela Goye" y en 1995 empecé una nueva empresa que lleva su nombre porque además fue mi mano derecha y un puntal para mí. Tante es tía en francés", señala.
En cuanto a la elaboración de los chocolates, Broger mantuvo una misma línea en sus tres empresas. Y admite que "siempre hay un toque personal que hace distinto al producto". Sus especialidades son los chocolates rellenos con uvas al rhum, frambuesas, sambayón y café.
En estos momentos, Tante Frida tiene toda la variedad de chocolates rellenos, secos, las almendras, las ramas, tabletas, bombones, etc. Además están incursionando en chocolates para diabéticos y se especializan en helados y repostería. Tienen dos locales en Bariloche, uno en Villa La Angostura y sus productos se encuentran también en Neuquén y en Buenos Aires.