No siempre el buen tiempo acompaña nuestras empresas. Cuando decidimos bajar el arroyo Las Bayas no tuvimos suerte, y a pesar de estar en una zona seca, que pomposamente los biólogos llaman ecotono, estuvimos todo el tiempo amenazados por un oscuro cielo de nubes y con un fuerte viento que, durante todo el regreso fue como una "maldita" subida.
Salimos de Bariloche temprano y con algunas gotas en el parabrisas, por el camino de Pilcaniyeu. Como habíamos acordado con los Morán, dejamos la camioneta en su casa y nos preparamos en un ambiente bastante frío para comenzar a pedalear a eso de las 10:15 de la mañana, pero como vamos viento a favor ni nos damos cuenta.
Después de cruzar el puente dejamos la ruta 40 por la izquierda y pasamos una tranquera por una huella de auto en muy buen estado que sigue el arroyo en su curso hacia el este. Todo el trayecto a la derecha del curso de agua es realmente una delicia, también el panorama es muy lindo; las piedras que afloran del agua están muy pulidas y tienen colores variados, y el camino movido nos divierte, sobre todo porque el esfuerzo es mínimo y avanzamos a un ritmo excelente.
Finalmente llegamos a otra tranquera poco después de la cual vadeamos el arroyo. Más adelante hay unas casas donde no había nadie, pero con evidentes señales de estar habitadas. Las dejamos por nuestra izquierda y a los pocos metros se angosta la huella haciéndose sendero que de vez en cuando se pierde, desapareciendo entre las piedras que bordean el arroyo.
(...) El valle se va estrechando en una geografía de grandes piedras entre las que corre el agua, formando a menudo tranquilos pozones y otras veces alegres correderas. De tanto en tanto encontramos pastos altos y verdaderos jardines con césped y flores.
No pocas veces nos detenemos a mirar los peces que se espantan a nuestro paso, cayendo en el obligado comentario de la pesca. Por un momento tenemos la intención de parar a comer, pero es muy temprano; más adelante nos tendremos que arrepentir.
Finalmente el pequeño cañadón se ensancha y volvemos a cruzar el río antes de unas casas, por la derecha, para ir al encuentro del Chenqueniyen. Ambos arroyos se unen para formar el río Chico, pero no llegamos hasta la confluencia. Nos encontramos, en cambio, con el viento que enseguida comienza a molestar.
(...) Cruzamos todo el campo hacia el sur hasta encontrar el camino vecinal que remonta el arroyo. Nos cuesta bastante adquirir temperatura y comenzamos a buscar un lugar protegido, para hacer un alto para el, habitualmente, frugal almuerzo.
La primera casa que vemos cerca es chica pero tiene varios autos afuera y nos hace pensar que lo único que pueden estar haciendo es jugar a las cartas; inclusive hacemos algunos nombres de conocidos tahúres de la ciudad. Por fin, el lugar donde nos detenemos es el más desagradable que encontramos desde que andamos en bici, de manera que nos apuramos en comer para seguir sin enfriarnos demasiado.
Llegamos nuevamente a la ruta 40 y cruzamos el puente. Allí comienza una subida que nos protege un rato del viento, y cerca de la parte alta, Juan Pablo y Pucho encuentran una hermosa vertiente a la derecha del camino. Comprobamos que es mejor subir que enfrentar el viento. Pero al llegar arriba estamos en el Escorial del Chenqueniyen, que es una meseta, con un morro en el centro, donde está la antena repetidora, muchas piedras oscuras que recuerdan precisamente alguna escoria y el viento y ¡ que viento!
Es imposible andar más rápido, cada pedaleada más fuerte nos cuesta tres veces más fuerza que lo habitual, de manera que nos mantenemos a unos 10 kilómetros por hora y rogamos que no llueva como amenazan algunas pocas gotas que nos golpean como balazos.
A la altura de la antena nos detenemos para tomar aliento, en realidad tomamos frío. A lo lejos la bajada nos estimula. Cuando llegamos, nos cerramos bien las camperas y nos largamos. Es un descenso bastante rápido, con muy buen fondo. (...) Parecía que habíamos llegado, teníamos las casas delante de nosotros, pero la ruta pega una enorme vuelta para volver a encontrar el puente en el que cruzamos a la mañana el arroyo Las Bayas y la casa de los Morán. Hace mucho frío y estamos más cansados que otras veces, es una lástima porque el tramo de las Bayas es realmente muy lindo, y quizás, sin viento, también la vuelta nos hubiera arrancado algún elogio. (...)
08 :00 - Salida desde Bariloche en camioneta con las bicicletas sobre el techo en sus respectivos portabici. Está muy nublado y amenaza lluvia.
10 :00 - Pasando por Pilcaniyeu, luego hacia el sur por la ruta 40 hasta llegar a "Las Bayas" (son aproximadamente 120 km de Bariloche)
10 :15 - Luego de dejar la camioneta en lo de la familia Moran, y con el permiso previo de los mismos, iniciamos el Raid. Está muy nublado, hace bastante frío y hay un viento moderado.
Km 0.0 - 10:15 hs. Iniciamos a pedalear.
Km 1.5 - Puente sobre el Ayo Las Bayas.
Km 1.7 - Tranquera a la izquierda e inicia camino que baja el arroyo Las Bayas, quedando el mismo permanentemente a nuestra izquierda. Tenemos viento a favor. El camino es llano, muy bueno y se puede ir bastante rápido.
Km 13.2 - Tranquera un poco más abajo del arroyo verde.
Km 16.2 - 11:25 hs. Cruzar el arroyo Las Bayas. Se ven casas como a 1 km río abajo en la otra orilla.
Km 17.4 - El camino llega hasta las casas. Aquí se termina el camino "de auto" y hay que seguir por huellas siempre a la vera del arroyo, dejándolo como es lógico esta vez a la derecha.
Km 21.7 - Acá el valle se estrecha en una cañada angosta. Siempre con el arroyo a la derecha, hay que bordearlo a veces con la bici al hombro y otras empujándola por casi 2 Km. Es muy poco lo que se puede andar.
Km 23.4 - En una curva muy importante, cruzar el arroyo Las Bayas.
Km 23.8 - Termina el cañadón
Km 24.8 - Puesto Confluencia de los arroyos Las Bayas y Chenqueniyen. Luego subir por el Chenqueniyen unos 600 metros y cruzar el mismo en cualquier lugar apropiado, (es muy plano y con extensos pastizales) y buscando el camino vecinal que se ve en la otra orilla.
Km 25.8 - Tomamos por camino vecinal remontando el arroyo Chenqueniyen, dejándolo a nuestra derecha. Un poco más adelante paramos a almorzar, cerca de una acequia a la vera del camino. El viento se ha incrementado bastante y lo tenemos ¾ en contra.
Km 37.1 - 14:45 hs. Llegamos al puente (de hormigón armado) sobre el arroyo Chenqueniyen, ya sobre la ruta 40. Luego del puente viene una fuerte subida de unos 2.5 km. y 500 metros. (...) Luego de la subida fuerte estamos arriba de la meseta (El Escorial de Chenqueniyen), con viento en contra y una suave subida (velocidad de 10 km/h con gran esfuerzo) hasta pasar la antena repetidora sobre el cerro "Las Bayas"
Km 44.0 - Pasamos cerca de la antena y al poco trecho comienza suave descenso hacia la otra vertiente de la meseta. Luego de unos kilómetros llegamos al borde de la meseta desde donde con una bajada espectacular llegamos nuevamente al valle del arroyo Las Bayas. Siguiendo siempre por la ruta 40 cruzamos por el puente el arroyo y llegamos al punto de inicio del Raid
Km 56.3 - 16:30 hs. Llegada a "Las Bayas" y FIN de la "Vuelta al Escorial de Chenqueniyen"
19:00 Llegada a Bariloche luego de una pinchadura sin consecuencias en las cercanías de Invap.
1. Cuando Ir:
a) La mejor época podría ser el mes de noviembre y la primera mitad de diciembre, con días largos y no tanto calor.
b) De mitad de diciembre, enero y febrero hace mucho calor, hay más tábanos y mosquitos
c) marzo parece también un buen momento.
2.Elementos adicionales a llevar:
a) Mucha bebida, dado que los arroyos no son limpios
b) Pastillas potabilizadoras de agua
3.Recomendaciones:
a) Cerrar siempre las tranqueras.
b) No asustar a los animales
c) Tener mucho cuidado con los porta bicicleta y controlar que las bicis vayan bien amarradas a los mismos y éstos al auto o camioneta
4.Resumen :
a) Dificultad: baja
b) Recorrido en bici: 56.3 km
c) Tiempo (incluido paradas): 6:15 hs.
d) Desniveles: poco importantes
Fuente: Escrito por los "Veteranos Biónicos", ciclistas y creadores del libro que narra sus experiencias, "Bariloche en Mountain Bike"