Los guanacos son difíciles de ver. A veces, algún ejemplar se cruza en nuestro camino en alguna ruta patagónica, pero a pesar de ello, es raro. Otras veces se los puede ver subiendo apurados alguna montaña escarpada como sólo ellos pueden hacerlo. No van en busca de ninguna presa ni están huyendo de otro animal, sino que seguramente se escapan de la presencia del hombre.
Años de depredación por parte de criadores de ovejas y cazadores hicieron huraños a estos simpáticos animales del sur.
Hoy se encuentran en el "Apéndice 2" de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora Silvestres), apenas un nivel antes del peligro de extinción. La predación ha dejado sólo pequeños bolsones de guanacos en Río Negro y el resto de la Patagonia.
Para preservar el recurso existen varias reservas en la región. La más importante es la de Auca Mahuida, en la provincia de Neuquén, creada en el año 1996. Alli, se había logrado triplicar la población gracias a las constantes inspecciones que realiza el guardafaunas del lugar. Sin embargo, en los últimos meses los cazadores vuelven a hacer estragos, jugándoles a favor la vastedad de la zona.
A nivel económico, la Comisión por el Uso Sustentable del Guanaco, con sede en Los Menucos, busca alternativas para aprovechar este recurso sin poner en peligro la población del camélido y divulga las decisiones que se toman al respecto. El organismo está integrado por productores, funcionarios y el INTA.
Nieva tupido en el sur. Muchos animales han muerto. Pero este camélido de ojos dulces y boca sonriente se sacude los copos blancos y sigue buscando su alimento. Sobrevive. El guanaco ha vivido desde siempre en la Patagonia. De hecho, el 90 % de los que existen en el mundo se hallan en el sur de Argentina. Por eso, conoce y sabe adaptarse como ninguno a las durezas del tiempo en estas latitudes.
En grupos familiares denominados manadas, se trasladan de un lado a otro en busca de su alimento: el pasto. Siempre, el macho y jefe del grupo avanza unos 50 metros por delante del resto, investigando con cuidado toda la zona por posibles peligros.
El hecho de ser natural de la Patagonia es uno de los factores que están pesando a la hora de presentarlo como alternativa a la oveja.