La capital neuquina se construyó, como la mayoría de las demás localidades de la Patagonia, en torno a la llegada del ferrocarril. Por esto motivo podemos ver a la ciudad atravesada por las vías del ferrocarril de este a oeste y en el centro comercial de la localidad se encuentra el Parque Central sobre las vías del tren y dividido por la Av. Argentina.
El Parque Central es el espacio verde más amplio de Neuquén, que fue inaugurado en el año 1986 en los terrenos que ocupaban las instalaciones del Ferrocarril del Sud. El parque se extiende desde la calle Tucumán/Tierra del Fuego hasta la calle Salta/Lainez en sentido este-oeste. Las calles poseen dos nombres porque cambian su denominación en las vías, siendo el primer nombre el del norte y el segundo el del sur. El parque central es un espacio ideal para practicar deportes al aire libre así como para descansar y disfrutar del lugar.
Dentro del predio se encuentran diferentes edificios que funcionan en las antiguas instalaciones ferroviarias. Entre ellos encontramos al ex galpón de máquinas de Ferrocarril del Sud, inaugurado en 1901, reciclado y declarado de interés provincial en el año 1986, donde actualmente funciona el Museo Gregorio Alvarez. También el ex galpón de encomiendas, donde funciona la Sala Teatral Alicia Fernández Rego; el ex galpón de carga en el que funciona la Sala de Exposiciones y de Arte Municipal Emilio Saraco y la ex vivienda de la Colonia Ferroviaria donde se ubica el Museo Paraje Confluencia.
En sus casi 20 hectáreas también se encuentran el Monumento a los Caídos en Malvinas, inaugurado el 26 de septiembre de 2006 en el marco del 102° aniversario de la localidad. El monumento está compuesto por una plaza, un recordatorio con los 649 fallecidos en la guerra, tres mástiles con las banderas de Argentina, de Neuquén y de Malvinas, y una cascada que simboliza la unión.
También se hallan en el lugar el Monumento “Centenario de la Ciudad de Neuquén", que constituye una pieza escultórica de grandes proporciones. La misma posee esferas de varios colores como símbolo de la universalidad y la integración étnica de Neuquén que están apoyadas sobre una cinta de moebius que respresenta la "infinitud" (alude al desarrollo sin límites de la ciudad) y terminan en una cortina de agua de 5 metros de alto que significa la unión de los ríos Limay y Neuquén. El monumento está sobre la Av. Oascoaga a la altura de calle Mitre, mientras que el Monumento a la Madre está en Av. Olascoaga y Vuelta de Obligado. Este último fue donado por la Policía del Neuquén e inaugurado en el año 1965 al celebrarse el día de la policía. El monumento es una escultura figurativa realista ya que representa a una madre con su niño como símbolo de entrega a la vida y protección.
Por último, y no menos importante, encontramos el Museo Nacional de Bellas Artes en el este del parque sobre calle Mitre.