La ría Deseado, sobre cuya entrada se levanta Puerto Deseado, es un maravilloso lugar para conocer y disfrutar.
Hasta hay quienes dicen que es una de las formaciones naturales más bellas de América. Pero, además, efectivamente es geológica y faunísticamente única, por lo que fue nombrada Reserva Natural Intangible.
La ría es un río que abandonó su cauce, y éste fue ocupado por el mar. La ría Deseado es la única en Sudamérica, aquí la marea oceánica influye hasta aproximadamente 40 km de lo que sería la boca del río.
Este accidente geográfico que se produce sobre el río Deseado ha erosionado a lo largo de siglos la meseta que la rodea y formado unos cañadones dignos de ver. Especialmente desde sus miradores, como el Darwin.
Pero, como ya se dijo, la ría está llena de rarezas biológicas. Y la fauna marina que penetra a esta ría es una de ellas.
El pingüino de magallanes es habitual habitante de la ría, desde octubre hasta abril y las principales pingüineras son las de Isla Quiroga, Islote Punta del Paso, Isla de los Pajaros e Isla Chaffers.
En la roca Lobo, que tiene exactamente el perfil de un lobo marino, una transitoria colonia de lobos marinos de un pelo (especie sin valor peletero) sale del agua a calentarse al sol, sobre la piedra. No faltan los machos aventureros que, con sus 400 kg, trepan a 15 metros de altura sobre sus aletas, ni las hembras que se pegan zambullidas desde los acantilados.
En los acantilados de la margen sur, frente al pueblo de Puerto Deseado, anidan cinco especies distintas de cormoranes, desde el mas común y menos vistoso (el oscuro Biguá) hasta el de ojos azules.
Hay tres especies de ostreros, esos pájaros industriosos que rompen los mejillones dejándolos caer en vuelo sobre las piedras, pero la especie más abundante es blanquinegra, con pico naranja flúor.
Entre los abundantes delfines está la rarísima tonina overa, pintada de blanco y negro, chiquita y vivaz, cuya caza y exportación a los comerciantes de Japón fue impedida en 1983 por el Juez Federal Garzón Funes en un caso que sentó jurisprudencia.
El clima en la ría tiene escasa lluvia, 200 milímetros anuales, por lo que la vegetación se compone de arbustos bajos, y es muy ventoso, presente 300 días al año. En consecuencia los amantes de los deportes de vela disfrutan a pleno de las condiciones climáticas para llevar adelante sus prácticas y competencias. Además, hay un deporte que es especialmente la estrella: el kayak.