En 1987 en la zona de El Chocón, Lito Tessone, un empleado de la desaparecida empresa Hidronor, halló los huesos de un dinosaurio que robusteció la hipótesis de que -hace unos 100 millones de años- América del Sur y Africa estuvieron unidos conformando el supracontinente llamado Gondwuana.
El Rebachisaurus Tessonei, un animal de 100 millones de años, era un saurópodo de mediano tamaño que está directamente emparentado con un dinosaurio encontrado en Marruecos en 1954 que fue llamado Rebachisaurus Garasbae, inaugurando un género entre los dinos herbívoros.
Por eso, la aparición de este saurópodo aportó claves para explicar la gran deriva planetaria. Es que los estudios realizados por el paleontólogo Jorge Calvo han permitido establecer la similitud entre los huesos de uno y otro.
De acuerdo al trabajo del investigador de la Universidad Nacional del Comahue el género Rebachisaurus se originó cuando las masas continentales africana y sudamericana aún estaban unidas. Además, el Garasbae fue encontrado en los mismos estratos que el dino de El Chocón, que paralelamente está considerado el saurópodo más completo de sudamérica.
El tamaño de este animal que caminaba en cuatro patas y tenía el cuello largo oscilaba entre los 15 y los 17 metros y su peso se estima entre las 18 y las 20 toneladas.
Hasta el momento, el Rebachisaurus es el único saurópodo en el que se puede confirmar la existencia de piedras gástricas o gastrolitos que muy problablemente cumplían la función de moler los vegetales en el interior del estómago. Esto es porque sus dientes tenían la forma de lápices ligeramente curvados y no eran capaces de masticar totalmente la comida que ingerían.
Los fósiles de este dinosaurio se exponen en el museo de la Universidad Nacional del Comahue en Neuquén. Y además, en el museo Gregorio Alvarez, ubicado en el Parque Central de la capital neuquina, se construyó una réplica en tamaño natural.