Miles de notas, programas televisivos y comentarios se han publicado sobre la pesca en la Patagonia. Quién no oyó hablar de pesca con mosca, del Chimehuin, del Nahuel Huapi. Quién no ha visto alguna foto con la figura recortada de un hombre metido en un lago con el agua hasta las rodillas y la montaña recostada atrás. Quién no tiene algún conocido que no ha salido de excursión hacia un río de la región o no ha visto en alguna agencia de viajes un paquete turístico para fanáticos de este deporte.
Aparte de lo obvio: el paisaje espectacular, exótico y atrayente que representa la Patagonia para visitantes de todo el mundo, hay mas. En esta región hay peces de gran porte. Se han llegado a obtener salmones del tamaño de un tiburón, y no se trata de una exageración, tan famosa en los pescadores, no. Hay fotos que lo testimonian. Además, las especies son mas duras, dicen. Es decir, luchan más. Y eso le gusta al pescador apasionado.
Y para disfrutar de esas características hay lugares para elegir: desde el norte, en la provincia de Neuquén, con sus incontables ríos y lagos aptos, hasta bien al sur, en Río Grande, donde extranjeros llegan a pagar miles de dólares por una excursión personalizada con guía al pesquero más importante de esa zona. Sin contar el interminable mar Atlántico que baña el este de la Patagonia.
Para pescar se puede usar la modalidad del Spinning (con cucharita, desde la costa), Fly Cast (con mosca) o embarcada.
No hace falta decir que quienes arriban, no son sólo los fanáticos. Cualquiera que anda buscando una actividad al aire libre, prueba alguna vez tirar una caña al medio de un río o lago y esperar (si tiene paciencia y suerte) que un pez se enganche en el anzuelo. Porque ese momento de tranquilidad y paz con la naturaleza que se siente cuando se está esperando, mientras se escucha el sonido de los pájaros o se tiene tiempo para admirar el ambiente que lo rodea, es inolvidable. Y ni hablar, cuando la caña tira y aparece la señal del pique tan deseado.
Y como ya se dijo, no es raro encontrarse un estadounidense o un europeo andando los caminitos que llevan a los pesqueros más importantes. La Patagonia es famosa en todo el mundo y agencias de viaje de todas partes organizan (saben que con éxito) excursiones para venir acá. Hay programas exclusivos, con garantía de captura, a través de los cuales se llegan a pagar miles de dólares sólo por la guiada hacia ese lugar de pesca segura.
Es que los lugares donde pescan es información "top secret", según los fanáticos: todos se quieren vanagloriar de sus capturas y ser los únicos en poder obtenerlas.
Antes de terminar este pantallazo general a lo que significa la pesca en la Patagonia, dos datos muy importantes: la temporada comienza en noviembre de cada año y culmina en abril del siguiente; y para poder pescar hace falta un permiso. El mismo se tramita en parques nacionales, organismos provinciales o casas de pesca autorizadas y hay valores diferenciales para no-residentes y menores.
La pesca deportiva es agradable y las provincias obtienen mucha renta económica por ella, a través de los permisos y el dinero que mueve el turismo en hotelería, gastronomía, etc. Pero está claro que no debe dejar de ser deportiva ni alterar la ecología del lugar. Por eso, en invierno, cuando los peces se reproducen, está prohibida su captura. Y el tope por pescador (generalmente dos capturas por persona, y en ciertos ríos: devolución obligatoria) se trata de controlar exigentemente.
De todas formas, para saber bien dónde pescar, cuánto según el lugar y cuáles son las restricciones especiales, basta con leer el Reglamento de Pesca. Atención: Si algún pesquero no figura allí, es porque está prohibida la pesca en dicho sitio.