El Toro Carnívoro (Carnotaurus) fue uno de los temibles depredadores del periódo Cretácico. Los huesos de este animal fueron locaizados en los campos de un estanciero de apellido Sastre que termnó por darle apellido a esta criatura que paseó sus diez metros de longitud lo que hoy se conoce como la Pampa de Gastre, en la provincia de Chubut.
La antigüedad estimada de este animal es de 95 millones de años, una datación del Cretácico inferior que lo ubica cerca del Giganotosaurus Carolinii, sin olvidar los alrededor de mil kilómetros de distancia que separan a los dos hallazgos.
Lo más llamativo de este toro carnívoro son precisamente sus espectaculares cuernos que servían para arremeter contra sus víctimas y sus rivales. Sus brazos extremadamente pequeños presentaban un avanzado estado de atrofiamiento y eran -incluso- más chicos que los del Tiranosaurus Rex. Se estima que su poder de ataque se sustentaba en una poderosa mandíbula con afilados dientes y en sus cuernos.
El hocico del Carnotaurus tenía rugosidades y prominencias que sugieren que tenía una piel áspera y gruesa. Se cree que la aspereza del sector dorsal de la cabeza le servía al animal como protección cada vez que introducía el hocico en el cuerpo de sus víctimas. El animal, encontrado en el paraje Bajada Moreno, se alimentaba especialmente de saurópodos que están emparentados con el Chubutisaurus, el Limaysaurus y el Andesaurus.
Los fósiles de Carnotaurus se exhiben en el museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires y en el museo Egidio Feruglio de Trelew.
En enero de 1999, un equipo comandado por los paleontólogos Rodolfo Coria (del museo de Carmen Funes de Plaza Huincul) y Luis Chiappe (del museo de Los Angeles) encontró en la zona aledaña al volcán Auca Mahuida (a unos 120 kilómetros de la ciudad de Neuquén) los huesos de lo que luego se presentó como el primer Carnotaurus de la zona del Alto Valle.
Estudios posteriores indican que la criatura de Auca Mahuida -un carnívoro que en vida midió ocho metros de largo- es de una especie distinta aunque con muchas similitudes al Carnotaurus. Del dinosaurio neuquino se encontraron el 90 por ciento de los huesos, que por estos días se estudian en el museo Carmen Funes.
El hallazgo se produjo en el marco de la expedición de rescate de los huevos de saurópodos que yacen en las proximidades del volcán muerto.